lunes, 11 de abril de 2016

Las mujeres dan la cara por la Vinotinto

Autor: Brandon Bouquet

La realidad que vive la vinotinto femenina sub 17 es completamente diferente a la que atraviesa la selección masculina. Mientras que el conjunto de mayores no termina de conseguir resultados positivos que lo consoliden como un equipo potencia en el continente, parece que las chicas de la sub 17 no se cansan de golear, ganar y conseguir cosas importantes a nivel internacional.

Partiendo del hecho que la vinotinto masculina de mayores nunca ha podido clasificar al mundial y que la hazaña más destacable que puede presumir es un cuarto lugar en la Copa América del 2011 realizada en Argentina, se nota con claridad que la vinotinto femenina sub 17 ha tenido una
mayor cantidad de logros en competiciones internacionales entre los que se encuentran: Campeonas del Sudamericano 2013 celebrado en Paraguay, la clasificación al mundial de Costa Rica 2014 donde quedaron situadas entre las cuatro mejores del mundo, y ahora, bicampeonas continentales tras ganar todos sus partidos de manera categórica en el Sudamericano realizado en el estado Lara, consiguiendo el pase clasificatorio al mundial de Jordania.

Ante esta situación, Kenneth Zseremeta, entrenador de la selección nacional femenina sub 17, expresó en una rueda de prensa que a pesar del éxito obtenido “…el femenino goza de desprecio, desinterés y de la falta de apoyo, y somos los que reivindicamos cuando el masculino no logra nada”, dando a entender que si hubiese paridad en cuanto al apoyo económico recibido, la selección femenina pudiese conseguir al menos el doble de lo logrado hasta ahora.
Otra razón por la cual la vinotinto femenina sub 17 se muestra más exitosa que la vinotinto masculina de mayores se debe a la forma en la que resuelve sus partidos. Considerando que la selección femenina por lo general gana sus partidos cómodamente, goleando y practicando un buen fútbol, demuestra la superioridad física y futbolística que tiene ante sus rivales, por otro lado, la selección masculina también muestra diferencias futbolísticas ante sus oponentes, pero negativamente hablando, por el contrario de las chicas, la selección masculina suele recibir duras derrotas que demuestran que tan lejos estamos del nivel de otras selecciones.

Realidades desiguales

La vinotinto femenina sub 17 viene de ganar de manera consecutiva su segundo campeonato sudamericano, igualando a Brasil como las dos selecciones con más títulos en la categoría. En este campeonato realizado en el estadio metropolitano de Lara, las chicas ganaron los siete partidos que disputaron, con un saldo de 27 goles a favor y tan solo 3 en contra; por su parte, la delantera maracayera Deyna Castellanos consiguió un total de 12 goles, la mayor cifra en esta competición desde que se creó el torneo en el año 2008.   

Mientras tanto en la actualidad masculina, la selección nacional se encuentra última en las eliminatorias clasificatorias al mundial de Rusia. Han perdido los cinco de los 6 partidos que han disputado, apenas sumando un (1) punto producto de un empate frente al conjunto de Perú. En Total, poseen un saldo de siete (7) goles a favor y diecisiete (17) goles en contra, la selección mas goleada en Sudamérica.

Los detractores de esta postura dirán que no es posible hacer una comparación entre  la selección femenina sub 17 y la vinotinto de mayores puesto que el nivel de las mujeres es “inferior” al que se practica en el fútbol profesional de hombres, pero lo cierto es que no hay ningún tipo de ventajas en el fútbol femenino, al igual que los hombres, las chicas se enfrentaron a rivales del mismo género, las mejores de sus países y con todo eso, las nuestras fueron superiores.

 Los números hablan por sí solos, en estos últimos años, las chicas de la vinotinto nos han acostumbrado a celebrar victorias y gritar goles en grandes cantidades, no es una exageración decir entonces, que la vinotinto femenina es más exitosa que la masculina en competiciones internacionales y a todos nos hace sentir que así si provoca irle a la vinotinto. 

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